Ricardo E. Lomelín Vázquez

ECT Consultores, S.C. Consultor Sénior, Minería Cielo Abierto

Para el tema que comentaremos brevemente con Uds. en esta ocasión, queremos hacer hincapié que su objetivo primordial es la prevención de cualquier efecto nocivo que comprometa la seguridad, continuidad y pulcritud de las operaciones mineras, además de evitar sus efectos nocivos al medio ambiente. Nos referimos al papel que juegan las obras de drenaje en superficie. Las obras de drenaje se consideran de carácter auxiliar y/o accesorio, y señalamos específicamente a las construidas en las operaciones de minas a cielo abierto, los patios de lixiviación y algunas plantas de beneficio. A dichas obras, en no pocas ocasiones, dejamos de proporcionarles la atención debida.

Esta atención limitada o cuidado deficiente, puede presentarse de manera temporal, quizás una sola vez, quizás en varias ocasiones sin mostrar afortunadamente, efecto negativo alguno para la empresa minera, sin embargo, puede llegar a generarse efectos no deseados, desde un entorno que va desde consecuencias menores, como por ejemplo, una interrupción temporal o parcial de ciertos trabajos, hasta llegar a condiciones bastante críticas, que pueden afectar severamente la continuidad y sustentabilidad de toda la empresa minera desde el mediano hasta el largo plazo, debido a situaciones muy particulares de operatividad, o bien, a otras situaciones de carácter normativo, impuestas por la leyes y reglamentaciones ambientales del país donde se encuentran nuestras empresas extractivas y que fueron rebasadas, como producto del efecto ocasionado por el mal funcionamiento o cambios en el uso de la obra de drenaje.

Las obras de drenaje son herramientas de prevención que debemos respetar y cuidar, un error frecuentemente es subestimar su función y la importancia que tienen en un momento determinado, ante escenarios climáticos que se han salido de la media del comportamiento cotidiano de los fenómenos ambientales.

La prevención es la característica primordial de estas obras y tienen el objetivo de resguardar la seguridad física de toda la infraestructura de la empresa, construcciones, fuentes y almacenes de mineral e instalaciones industriales de proceso y beneficio de minerales.

Errores. La decisión de cambiar cierto parámetro en donde está involucrada una obra de drenaje, sin un análisis completo de los posibles escenarios que pueden presentarse después de dicho cambio, puede repercutir en un efecto adverso al medio ambiente y, por ende, en consecuencias graves que ponen en riesgo la continuidad y sustentabilidad de las operaciones mineras.

Muchas veces se toman estas decisiones por una falta de comunicación entre las áreas operativas de la mina y las secciones de ingeniería y planeación de esta, otras veces, por un programa de mantenimiento y limpieza deficiente, inoportuno y subestimado por los actores principales con poder de decisión de la unidad minera.

En otros casos, el origen puede ser la presencia de un evento que se sale del abanico de escenarios analizados por una visión limitada del concepto de prevención en relación con el grado de probabilidad sobre la aparición de un evento climático extremadamente grave, pero con una baja probabilidad de ocurrencia.

Comentaremos a continuación varios casos de eventos no deseados, de los cuales, hemos sido testigo y mencionaremos algunas de las consecuencias en las operaciones, así como medidas correctivas y de mitigación adoptadas en su momento.

Falta de mantenimiento. En cierta operación minera con condiciones severas de lluvia durante la mayor parte del periodo anual, se tenía un canal de drenaje para el manejo de aguas en demasía de las dos piletas (pregnant y barren) de soluciones de lixiviación, dirigido este canal hacia la pileta (surge) de exceso de soluciones. Por descuido del área responsable, los trabajos de limpieza, desazolve y remoción de basura vegetal fueron pasados por alto antes del inicio de la nueva temporada de lluvias, ocasionando el taponamiento y el consecuente desbordamiento del canal, al no poder manejar el flujo de soluciones durante una lluvia cotidiana. Las soluciones de lixiviación salieron de los límites de propiedad de la empresa y derramaron al medio ambiente, impactando directamente la vida de la fauna del río aledaño a la mina. La operación de la mina fue suspendida alrededor de dos semanas con la consiguiente pérdida de producción. Se estuvo muy cerca del cierre de las operaciones por haber violado la estricta reglamentación sobre el cuidado del medio ambiente. Se efectuó un recálculo de la capacidad del canal para el manejo de soluciones, llegando a corroborar que el aforo de diseño era el correcto.

Diseño de capacidad y diseño de obras subestimados. En otra operación a cielo abierto, un canal perimetral localizado en la parte alta del tajo, para captar el agua de lluvia de la cuenca hidráulica localizada arriba del mismo se diseñó para minimizar la entrada de agua de lluvia al tajo; su cálculo fue basado en el periodo de recurrencia de 100 años, recomendado este, por los asesores externos de la empresa. Habiéndose construido la obra, se presentó un evento de lluvia que rebasó la capacidad de la entrada de agua al canal, es decir una lluvia extraordinaria. Ocasionando el desborde y la destrucción de los primeros 200 metros de la obra hidráulica. Los efectos no se hicieron esperar: suspensión de los trabajos de extracción de mineral por una semana para dar salida al agua en exceso captada por el tajo, trabajos de reconstrucción del canal consistentes en la ampliación del área de entrada al canal, refuerzo de los disipadores de caída de agua a la entrada, instalación de rejillas de contención de rocas y basura orgánica y el recubrimiento con concreto ciclópeo y posteriormente, recubrimiento con concreto lanzado en los 200 metros que fueron destruidos, todo se reconstruyó a marchas forzadas con un costo elevado. El evento de lluvia ocurrido rebasó los valores del periodo de recurrencia conservador que fue usado para diseño.

Ahorros mal entendidos. La oportunidad de construir de manera expedita y aparentemente muy económica un canal de drenaje perimetral, sin otro análisis sobre una mejor opción, dio por resultado un diseño pobre y una construcción deficiente de una obra de esta naturaleza, cuya intención era la de desviar el agua de lluvia y mantenerla al margen de un “terrero” o depósito de material estéril de una mina a cielo abierto. Bajo estas condiciones, el canal de drenaje se construyó sin observar detalles de construcción importantes, ni algunas reglas básicas, como son una pendiente adecuada, la construcción de disipadores de energía adecuados, la construcción de escalones de mampostería para aprovechar la diferencia de elevación y reducir así la velocidad del agua, el recubrimiento adecuado para proteger la superficie del canal y así evitar la erosión desmedida de este. Como consecuencia, en dos años aproximadamente la obra construida desapareció, excavando una profunda zanja en el mismo cauce del canal de drenaje, destruyendo también el camino de acceso usado para la limpieza y mantenimiento de este. 

 “Aquí casi no llueve”. La falta de un análisis minucioso sobre las posibles consecuencias de un cambio repentino en el manejo de las soluciones de lixiviación y el agua de lluvia en una operación minera fue la acción que ocasionó que un derrame de dichas soluciones saliese al medio ambiente ocasionando daños severos a la fauna de los ríos circundantes a las instalaciones. Los patios originales de lixiviación se encontraban en expansión, tanto las soluciones lixiviación como el agua de lluvia captada por las celdas recién recubiertas con plástico HDPE, se mantenían en circuito cerrado y el agua de lluvia de los nuevos patios en construcción, era dirigida mediante un canal de drenaje hacia la pileta de exceso de soluciones, esto garantizaba que las soluciones de lixiviación y el agua limpia estuvieran contenidas en circuito cerrado, dentro de las instalaciones de la empresa. Con la finalidad de disminuir la entrada de agua limpia a la pileta de exceso de soluciones, se tomó la decisión de abrir al ambiente el área de captación de las nuevas celdas de lixiviación, es decir, el canal de drenaje se redirigió hacia el medio ambiente, sin tomar en cuenta la posible ocurrencia de un evento de lluvia mayor, que pudiera ocasionar el desborde de las soluciones proveniente de las pilas antiguas de lixiviación, hacia las nuevas áreas de apilamiento de mineral, recién recubiertas con geomembrana.

Combinación de dos o tres de los anteriores.   Una presa de jales ubicada en una cañada en la cual se depositaban jales húmedos y posteriormente compactados trabajó bien varios años. Esta instalación fue diseñada de acuerdo con la normatividad, cumpliendo con todos los parámetros operativos y técnicos. Sin embargo, “para ahorrar se rediseñó en casa” el sistema de drenaje que la protegía.  En la primera lluvia extraordinaria fueron rebasados los drenajes y se llevó un parte de los jales. La afectación fue menor, se recogió la mayor parte del jal derramado, repararon los daños y fue todo.

Varios años después otra lluvia de mayor intensidad casi acabó con la presa, la operación se detuvo por varias semanas, se afectó el ambiente y el supuesto ahorro se convirtió en un enorme gasto.

Conclusiones. Subestimar las obras de drenaje superficiales en sus aspectos básicos tales como, cálculos de periodo de lluvias, diseño, calidad de la construcción, cambios de parámetros de operación o uso de la obra específica y labores de mantenimiento o limpiezas subsecuentes, todo basado en una supuesta reducción de costos, puede tener consecuencias graves en las operaciones y en las instalaciones mineras de superficie. Estas consecuencias se traducen en gastos adicionales innecesarios por sus afectaciones al medio ambiente, así como a la continuidad y/o sustentabilidad de las operaciones mineras. Estos resultados pueden ser evitados, simplemente teniendo presente en todo momento dos conceptos básicos: prevención y comunicación, aspectos imprescindibles, idóneos y los más importantes, que juegan un papel protagonista dentro de los procesos de la planeación y la operación minera.

ECT Consultores, S.C. espera haya sido de utilidad esta breve exposición y nos ponemos a sus órdenes para cualquier aspecto de su operación minera donde requiera de un consejo técnico en la materia.